Popeye (Chiclana de la Frontera)
- CaiPaComé
- 11 jul 2019
- 2 Min. de lectura
En esta ocasión decidimos ir a comer al restaurante Popeye, en Chiclana de la Frontera. Situado a 5 minutos en coche de la Playa de Sancti Petri y junto al Parque Natural Bahía de Cádiz, este restaurante ofrece una magnífica experiencia culinaria a los paladares más exquisitos y a un precio muy asequible.
Justo en frente del restaurante hay algunos aparcamientos que probablemente se encuentren ocupados, pero no os preocupéis, en la calle de al lado hay un parking bastante amplio que pertenece al mismo restaurante y donde podréis aparcar sin problemas.
Nada más entrar por la puerta nos encontramos el Hall de la Fama; una pared donde están colgados diferentes opiniones y reseñas de personalidades de renombre que han comido allí, entre los que se encuentran: Matías Pratts, Mario Vargas Llosa o el mismísimo Cristiano Ronaldo. En el restaurante podríamos diferenciar tres zonas: la terraza, la zona de mesas altas y el salón. Nosotros estuvimos en la zona de mesas altas y la recomendamos, ya que comimos muy bien y, al contrario de lo que pueda parecer, son asientos muy cómodos y mesas grandes. Sea cual sea vuestra decisión os aconsejamos que reservéis mesa, ya que es un sitio muy concurrido y la demanda es muy alta.
En la mesa te ofrecen dos cartas: una de tapas y otra más enfocada a pescados y productos del mar. Nosotros nos decantamos por la primera.
En esta carta hay 20 tapas, de las cuales nosotros nos decidimos por:
- Patatas bravas con carne picada y rulo de cabra: 4,95€
- Risotto con solomillo ibérico, tinta de calamar y crema de queso: 6,95€
- Noodles con pulled pork: 6,50€
- Popeye Rocher: 4,90€
- Musaka Vegetariana: 4,95€
Todos los platos destacaron por su presentación y sabor. El único problema fue la musaka, la cual tenía un sabor demasiado tostado, pero en reglas generales estaba todo muy bueno. A destacar el Popeye Rocher; dos croquetas de atún con un baño dorado por encima que recuerda a los dulces homónimos.
A primera vista estos platos parecen algo caros para llamarse "tapas", pero en cuanto ves el plato entiendes que se asemeja más a media ración que a una tapa.
El restaurante está totalmente reformado y ofrece un lugar con clase a la vez que informal, ya que puedes ir simplemente a tomarte una cerveza. El trato de los camareros fue bueno y los platos llegaron sin demora.
En conclusión, podemos decir que este restaurante es una muy buena opción para una comida/cena de diario, con variedad de tapas, buen ambiente y muy buena relación calidad/precio. Después de la comida podréis disfrutar de los chiringuitos de Sancti Petri o de La Barrosa, que se encuentran a pocos minutos en coche, para culminar una velada maravillosa en este rinconcito de Chiclana.
Mi valoración: 🦐🦐🦐🦐
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